LOS CUATRO PILARES DE LA SABIDURIA

Es debido reflexionar que la Sabiduría es el fruto de un gran esfuerzo, y que aquel que nada se esfuerza en la vida nada ha de obtener.
Por mas que muchos piensen lo contrario pocas personas desean de corazón ser sabias, lo mas comun es que las personas deseen ser exitosas en lo materia, en lo económico, buscan desarrollar la vanidad y las apariencias.

Muchas veces confundimos la sabiduría con la experiencia de vida, o con el conocimiento intelectual.
La experiencia nos brinda un gran panorama de la vida y así nos hacemos mas capaces de vivir, aunque todavía no se sabe porque vivimos ni como podemos hace de nuestra vida un escalón hacia la felicidad.
Si hablamos del conocimiento, debemos aceptar que hoy en día la gente en general es muy conocedora, o mas bien busca nuevos conocimientos continuamente, por entretenimiento, para estar instruidos, para no sentirse ignorante, por comparación, etc.

Lamentablemente los conocimientos no son mas que teorías separadas de la realidad.
Las teorías comúnmente nos las enseñan en el conocimiento colectivo popular, pero las mas dañinas son las teorías de las escuelas y universidades, las teorías científicas, culturales, psicológicas, filosóficas, sociológicas, etc.
¿Porque son dañinas las teorías?
Dañan la relación de la mente con la conciencia. Una mente llena de teorías no permite que se manifieste la conciencia, la verdad, en su lugar actúan las teorías rancia, los pre-conceptos, los miedos, los anhelos, los prejuicios, etc. Todo eso es producto de la memoria y la experiencia.
¿Ahora quien aprende de la experiencia de la vida?
¿No es acaso el ego el que aprende a ser mas astuto mas malo?
¿Acaso no es el ego el que siempre esta copiando y vive de teorías ajenas? .....

Estas afirmaciones quizás sean muy discutibles, pero no  por esto falsas.
Todas las universidades y escuelas de hoy en día no nos enseñan a que descubramos, comprobemos, y experimentemos desde el punto de vista de la conciencia, pero si al contrario nos enseñan a; memorizar información, a analizarla y compararla con otras informaciones, a observar fenómenos con el punto de partida de un concepto errado, nos enseñan a opinar sobre teorías,entre tanto mas. Pero deberíamos preguntarnos: quien piensa en nosotros, quien memoriza, quien analiza y compara, quien opina. Si nos auto observamos nos daríamos cuenta de que no actúa la conciencia en nosotros, el que se manifiesta es el ego, los errores, pecados, yoes, agregados psicológicos o como se le quiera llamar.

Estas formas de aprendizaje no nos conduce a la sabiduría, porque no es sabio aquel que a leído 100 libros, o que ha leído cosas que los demás no, o que habla con raras terminologías científicas que nadie entiende, o aquel que pudo ir a estudiar a la universidad y esta lleno de títulos, o ese que dice que se las sabe todas y aprendió en la escuela de la calle.
Nada de esto nos conduce a la sabiduría. por supuesto que nos puede conducir a tener estatus, respeto, nivel, podemos ganar mucha plata, ser un personaje renombrado, etc, pero es correcto decir que ninguno de estos grados: sociales, culturales o económicos nos conduce a la sabiduría mas profunda de la conciencia.

Todos los sabios de la historia fueron capases de encontrar los pasos precisos para caminar sobre la escalera que conduce a la sabiduría, aquellos que no pudieron o no quisieron caminar tal camino espiritual tomaron las enseñanzas de los sabios y las convirtieron en doctrinas religiosas o científicas, tergiversando dichas enseñanzas tan solo porque no las comprendían.
Los grandes sabios de la historia vinieron para enseñar el despertar de la conciencia, no vinieron a crear religiones, sistemas científicos, doctrinas o teorías filosóficas. El sabio, ese que busca la justicia, la verdad y el amor despierta su conciencia, el teórico habla, discute, pelea, afirma, comercia y se venefia de algo que desconoce por completo.

Conocimiento tiene que ver con conocer, para ser sabios debemos, descubrir, experimentar, comprobar, conocer y comprender las verdades del universo y de Dios.